Respirar sin aspirar
En cierta ocasión, un pastor sin éxito en su trabajo, visitaba al famoso doctor Meyer.
-¿Por qué tengo tan poco éxito? -le preguntaba preocupado.
-No sé… acaso… ¿Ha probado usted de respirar tres veces sin aspirar ninguna? -le dijo el doctor.
-No creo que pudiese -fue la respuesta.
-.Pruebelo -le pidió Meyer. -¡No… no… no puedo… ay! confesó el pastor después de probarlo.
-,Pues Concluyó el sabio cristiano- aplíquese esta verdad a su vida espiritual y pastoral, y permita que le ruegue me deje solo, pues tengo mucho trabajo hoy.
Para poder dar a los demás es preciso tener, recibir nosotros primero. El poder del Cielo vendrá a nosotros si aspiramos, es decir, si oramos.