¿ Quién busca a quién?

¿ Quién busca a quién?

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“Os digo, que así hay más alegría en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentimiento”. Lucas 15:7

Para el dueño del rebaño, perder una oveja significaba no sólo una pérdida financiera sino la pérdida de uno de los miembros de su rebaño que habían confiado en él. Por eso dejó sin guardián en el aprisco a las 99 y salió en busca de su oveja perdida. Esta simboliza tanto al pecador individual como a este mundo, tan sólo un átomo en los vastos dominios de Dios. “Alma desalentada, anímate aunque hayas obrado impíamente. No pienses que quizá Dios perdonará tus transgresiones y permitirá que vayas a su presencia. Dios ha dado el primer paso. Aunque te habías rebelado contra él, salió a buscarte”.26

Los judíos enseñaban que antes de recibir la aceptación de Dios, era necesario experimentar el arrepentimiento. Por eso los fariseos no podían comprender cómo Jesús podía relacionarse con los pecadores. Él usó su parábola para enseñar que “la salvación no se debe a nuestra búsqueda de Dios, sino a su búsqueda de nosotros… No nos arrepentimos para que Dios nos ame, sino que él nos revela su amor para que nos arrepintamos”. 27 “Pero Dios demuestra su amor hacia nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Rom. 5:8).

Los rabinos creían que el cielo se regocijaba cuando Dios destruía a un pecador. “Pero Jesús enseñó que la obra de destrucción es una obra extraña; aquello en lo cual todo el cielo se deleita es la restauración de la imagen de Dios en las almas que él ha hecho”.28 “Todo el cielo se interesa en la obra de la salvación de los perdidos. Los ángeles observan con gran interés para ver quién dejará las noventa y nueve, e irá en medio de la tempestad, la tormenta y la lluvia al desierto para buscar a la oveja perdida. Los perdidos perecen, tristes y abandonados a nuestro alrededor. Pero son valiosos ante Dios, comprados con la sangre de Cristo… Debemos buscar y salvar a los perdidos. Debemos tratar de encontrar a la oveja perdida y traerla de vuelta al redil; lo cual representa el esfuerzo personal”.29 Después de la ascensión de Cristo, por fin muchos fariseos “se unieron con los discípulos precisamente en la obra bosquejada en la parábola de la oveja perdida”.30 

 

Busquemos la oveja perdida y traigamos goza al cielo.

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