¿Es real la resurrección?

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Cuando los saduceos vieron la retirada de los fariseos, ellos intentaron interrogara Jesús. “Los saduceos negaban la existencia de los ángeles, la resurrección de los muertos y la doctrina de una vida futura, con sus recompensas y castigos. En todos estos puntos, diferían de los fariseos. Entre los dos partidos, la resurrección era un tema especial de controversia”. Por esta razón, los saduceos rechazaban naturalmente las enseñanzas de Jesús. Se molestaron mucho cuando Jesús levantó a Lázaro de la tumba, porque al hacerlo demostró que no tenían ninguna base para rechazar la resurrección. Ahora se acercaron con una astuta pregunta. Si Jesús se mostraba de acuerdo con ellos, ofendería a los fariseos. Pero si adoptaba una posición contraria, podrían ridiculizar sus enseñanzas.

Los saduceos creían que en sustancia, el cuerpo inmortal debía reflejar el estado mortal. Al resucitar de entre los muertos, la persona debía ser de carne y hueso, y continuar su existencia allí donde la muerte la había interrumpido. Según su razonamiento, si existía la vida después de una resurrección en el reino de Dios, debía ser la continuación de la misma existencia que una persona llevaba en este mundo. Y extendían esa manera de pensar a las relaciones terrenales, las cuales debían perdurar en el cielo. Citando la ley relativa al matrimonio que aparece en Deuteronomio 25, los saduceos compusieron un problema hipotético, con una mujer que habría tenido siete esposos consecutivos. ¿Cuál de ellos sería su cónyuge en el cielo? La pregunta era teología especulativa. Por cuanto se enorgullecían de su conocimiento de las Escrituras, la respuesta de Jesús los escandalizó. “Erráis, por no conocer las Escrituras, ni el poder de Dios”.

Los seres humanos no pueden comprender a Dios basándose exclusivamente en sus propios razonamientos. “Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios, pero las reveladas son para nosotros y nuestros hijos para siempre” (Deut. 29:29). “Los saduceos habían olvidado que un Dios suficientemente poderoso como para resucitar de entre los muertos, tendría también la sabiduría y el poder de implantar un nuevo orden social perfecto, en una tierra nueva, perfecta. Además, todos los que sean salvos estarán felices con ese glorioso orden, aunque no puedan comprender plenamente en esta vida lo que el futuro les depara” (ver 1 Cor. 2:9).

 

 

Mateo 22:29,30.

Del mismo modo, nosotros tampoco deberíamos preocuparnos tale detalles.

Jesús respondió.- “Erráis, por no conocer las Escrituras, ni el poder de Dios. Porque en la resurrección, ni los hombres se casarán, ni las mujeres serán dadas en casamiento. Serán como los ángeles del cielo”